lunes, 13 de julio de 2009

Ella


IV. La caída


No sabía muy bien que hacer con la Malinche; si tomarla como al perrito y obligarlo a permanecer de espaldas hasta que llore, desmebrarla o hacerle un altar. ¿Qué haría un niño con una muñeca? Con unas tijeras comenzaría por cortarle el pelo, de tajo le arrancaría la cabeza y metería un gol con ella, le zafaría los brazos, una vez desmembrada intercambiaría sus partes con las de otra. Después tuvimos que dejar de fundirnos con el juguete. Ya no creíamos que pudiéramos ser él con la pura imaginación, ahora había que pasar a la acción.

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