viernes, 21 de agosto de 2009

El manzano



Quiso cantar, cantar

para olvidar

su vida verdadera de mentiras

y recordar

su mentirosa vida de verdades.


Plantaron una sílaba en mi maceta. Semilla del lenguaje. La regaban y la sílaba fue hundiéndose hondo surcando el interior de la maceta y tornándose frases viscosas y ciegas como topos. Devoraban el humus que Dios o mis ancestros los monos habían depositado.


Mientras las frases crecían olvidadas de la luz del sol y avanzaban subterráneas al centro de la tierra soportaban el peso de las hojas verdes y lozanas, de las flores perfumadas, de los pájaros que estallan en las mañanas. ¿Alguien gusta una manzana?

1 comentario:

¿y?