viernes, 7 de agosto de 2009

La pecera

Capítulo IV


Valentina salté de ese vestido. Que no ves lo flaca que te ves. Tienes que darte una ayudadita tú misma. Tú no sacaste para nada el gusto de la familia de mi madre. El mundo te va a hacer pedazos, tienes mucho que aprender mi niña. Una de las cosas que nunca debes olvidar es que las mujeres estamos hechas a mano. Todas somos diferentes. Y en eso se nos va la vida. En rebasar la mediocridad en la que algunos hombres quieren mantenernos. Así que por favor no te pongas ese tipo de vestidos. No están hechos para tu cuerpo tan frágil. Aún no tienes edad para lucirlos.



Entró la madrugada con sus manos heladas y masajeó la sien del escritor despertando ese pistón de la nostalgia que puso a la atrofiada maquinaria a urdir historias que se habían quedado atoradas en el muro de la memoria. Dolorosas huellas de la derrota. Había visto llegar la noche en la ventana. Y la ignoraba como se ignora a la amada que espera en la cama mientras se escribe. ¿Qué lo impulsaba a abrevar en el mar del silencio para ir abriendo rutas devoradas por las ratas que había en la oficina? ¿Por necesidad? Ninguno de los proyectos de esos que llamaba innovadores le reportaron mayores ganancias.


¿Publicarlos? Me veo más como actor que como escritor. Mi don es poder conectarme con eso…¿cómo llamarlo?…varias veces he intentado ponerle nombre…en realidad no importa el nombre. Puedo sentir a las personas sintiendo lo que voy sintiendo. Puedo actuar, llenar de sangre, estómago, cabeza a esos personajes de papel porque yo he vivido esos sentimientos; cada pliegue de su voz yo la he sentido y tatuado en mi. Dolores me recuerda a la primera novia que tuve.


-Papá te estamos esperando. Prometiste que hoy estarías mejor.


-Es que no ayuda mucho el ruido que se traen. Si se estuvieran quietecitas y no hicieran tanto ruido su papá podría recuperarse y jugar con ustedes. Así que desde ahora hagan caso y a lo mejor el siguiente fin las llevo a dar una vuelta en la camioneta.


-Oye a ver si ya le bajas a tus perfumitos y súbeme esas calificaciones. Si no te olvidas de la moto.


-Donde me salgas panzona te mandó a la calle con todo y crío y a ver cómo te las arreglas porque yo no voy a darle de tragar. Andabas de puta pues ahora te chingas y con lo que te daba de la escuela te mantienes.



Es que su curiosidad era morbosa. Hacia las cosas que más odiaba o que por lo menos le causaban más conflictos con sus novios o con otras novias y hasta con sus amigas. Las otras tampoco eran unas santas pero siempre encontraban pretextos, telenovelillas, algunas con ciertos brotes de calidad literaria, para saciar esa curiosidad que se apoderaba de ella y la llevaba a romper el sutil acuerdo de la mujer despechada, el Don Juan y la puta. Los dos caminos son igualmente dolorosos porque la mujer engañada sufre la traición de su amante y la puta, cuando es primeriza y se puede decir que aún no ocupa con creces ese título, sufre el rechazo de la sociedad, su desprecio. Nosotros la tenemos hasta cierto punto peladita. Si te agarra una calentura trayendo lazo. Te votan y tus compas nada más carretean porque son camaradas pero en el fondo ellos no se agüitan. Si tienes familia a lo mucho tu abuelo o tus tías se saquen una frase fugaz y pasen a otra cosa.

Y cuando se anda de cacería si la presa es como la mosca que se posa en el matamoscas yo me pongo en el matamoscas. Yo sólo coopero. Limpios los dos de dolor y sufrimiento y deseo de venganza nos despojamos de las mascarás para hallar un rostro vacío y cuarteado, espantados de nuestro infinito silencio nos inventamos un rostro: tú eres la puta, la mujer del sexo expuesto, la plaza pública, el retrete donde escupen y vomitan, fría roca esculpida con el cincel de nuestra perversión, yo avanzó en tu vientre y lo sacio de mí y tu lo devuelves de tu interior al bote de basura.


-¿No te parece complicada esta historia de dos escritores que pelean por el puesto creativo? A nivel técnico tendrás que manejar varios niveles de ficción y varios registros. Uno donde finges el mundo de radio en el que unos personajes, al igual que tú, se ganan la vida inventando historias y los de las historias que escriben cada uno de los escritores. Me gustaría que trabajaras algo más sencillo. Podrías concentrarte en una de las historias escritas por tus personajes. Ahora sí que tus personajes se han vuelto en contra tuya. Tú mismo has dicho: la gente es muy tradicional en cuestión de gustos. Ya sabes qué tipo de historias prefieren.


-Pero señor no sé si se ha dado cuenta. Pero el hombre que espera una oportunidad para mostrarse soy yo. Vamos a ponerle juventud a la radio, podemos meter historias nuevas, la gente simple, anónima también tiene sus pequeñas batallas. Eso es lo que gusta hoy. Imagínese la publicidad además para la radio. Acuérdese como le gritaban en la calle a la villana del parche. Además, a sí la gente sigue escuchando sus historias de siempre, con sus clichés sentimentaloides, la moral edificante y recatada, y sedienta de morbo de hurgar en las vidas de la radio para que penetren en la tripa y la pestilencia de la magia. En eso también hay belleza. No tienen que haber haciendas o mujeres enjoyadas para encontrar el incansable ímpetu humano.


-Señor no se vaya a olvidar de lo que íbamos a acordar en nuestra reunión de mes. He estado pensando como poner a rodar nuestro proyecto. Si me permite me gustaría explicarlo. Ya sabe que sólo dispongo de una hora. Así que me di a la tarea de pensar una manera de darle espacio a las nuevas historias sin perder nuestra audiencia habitual. A ver qué le parece.


-Un momento por favor en lo que arranca el proyector. En realidad es muy simple.


-Recuerde que la simplicidad es nuestro objetivo, la claridad, la eficacia. Cada cosa del lugar está pensada para su actividad específica y es introducida para cumplir las necesidades de nuestra empresa. Los proyectores le darán mayor simplicidad a su mensaje. Mira que bueno que ya funcionó. Te vas de aquí directo al taller para que te lo arreglen. Primero aprovechemos nuestros propios recursos antes de hacer gastos.


-Sí señor. Mire, ¿Si recuerda que hablamos sobre ponernos al día y captar el pulso de la ciudad? La ciudad que nosotros tenemos en nuestras historias es de principio de siglo, con problemas muy distintos a los actuales. Por eso en un afán de dar al pueblo historias donde se identifique o se sorprenda o se le propongan otras teologías…


-Explícate


-Estoy pensando en usar 30 minutos para las historias de siempre y otros 30 para meter historias nuevas, todas las que se puedan, hacer incluso concursos donde la gente pueda mandar historias que le interesen. Así podemos tener los pelos de la burra. Estoy segurísimo de que será un éxito.


-Ya te dije que lo estamos procesando. Así como lo tienes no puede pasar. A nosotros nos entregas un plan con las historias desde principio de semestre. Ya sabes que esas historias necesitan ponerse en esquemas muy precisos y sabes que el margen de cambio es muy limitado. Ya tenemos las que han sido probadas y por el momento no están programada modificación alguna. Tu mismo fuiste quien nos habló de las 39 acciones dramáticas. Hasta el momento hemos logrado crear una ecuación exitosa en la que hemos identificado las historias más rentables, los personajes más llamativos, todo aquello que agrada más a la gente, con las cuales podemos difundir los mensajes de nuestros patrocinadores y ofrecer nuestros servicios a precios inmejorables para nosotros.


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