viernes, 16 de octubre de 2009

Mi ciudad




Recorro el pasado grabado en la ciudad. Y yo me sigo. Nada me dicen. Hablan una lengua que yo he dejado de entender, lloran lágrimas y encienden hogueras y pasiones que ya no me conmueven. Por eso sigo hasta la orilla donde habito, en esas construcciones de un día. La ciudad se desbarata conmigo y se dispersa como mis pasos sobre calles temblorosas, con taquicardia, esquizofrénicas, que llevan siempre a mi pasado traumático. A mi mirada derruida, desgajada, en corto circuito.


Tu cuerpo de constelación

que desmembro en

sílabas y

frases esquivas

como mis neuronas

amurallada

hija huérfana de Alberti

Valladolid

Santa fe de Granada

Morelia

Airosa como tus vocales


La vista se detiene en los detalles de los edificios. Recorre los rostros de piedra, las paredes cargadas de gestos del pasado. Las huellas que forman la geometría del alma de los pueblos y de las mentes que los pensaron. Las líneas, las curvas, las caídas, las formas con las que se manifiestan los sueños anhelados. Y se realizan. La vida que algunas vez emergió donde antes nada había. Ahí es donde estoy. En la nada.


Contextualización:


Diego de Balanque en su Historia de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Michoacán habla de porqué se eligió el lugar donde estaba Morelia para edificar una cuidad según la visión urbana de Platón que quería que la ciudad ideal tuviera 7 condiciones: ubicación inmejorable al estar situada sobre una loma que permite acceder por todos los costados, de difícil inundación, bañada por el sol al no estar rodeada por montañas o sierras, mojada por ríos y abundante en leña por los bosques aledaños, rica en campos de maíz y trigo que proveen el pan, con lagos donde abunda el pescado y lugares para el ganado, rebosante de frutas y dulces.


León Battista Alberti fue el modelo del hombre renacentista con amplio dominio de varias disciplinas. Destaca su visión urbana que se oponía a las fortificaciones medievales y el cual fue el modelo para las ciudades de América. “Arquitectura y urbanismo eran para Alberti un problema de armonía, correspondencia y concordancia de las partes con el todo. La armonía entre número, colocación y finición producían la belleza; en ese sentido la ciudad es una gran casa y una casa una pequeña ciudad”


“En cierta forma, los problemas de la arquitectura fueron reinventados por él, en el sentido de que el edificio debe ser concebido como una (actividad) cívica en la que cada construcción o cada detalle se considere en términos de su utilidad social y su unidad estética. “


Soñó una ciudad abierta con espacios abiertos para el esparcimiento de los niños. Estas plazas debían estar rodeadas de galerías abiertas y columnas desde las cuales los ancianos pudieran vigilar a la juventud, tomar el sol y sentar ejemplo de virtudes.


“Alberti prescribía las proporciones de la plaza ideal: debía tener el doble de largo que de ancho, con columnas a escala con las dimensiones de la plaza. En el centro de la ciudad, los edificios municipales se hallarían colocados hacia dicha plaza. En todas las calles y plazas la construcción debía obedecer a un mismo estilo, todas las vías tendrían el mismo ancho, las cornisas y las molduras serían uniformes, continuas y, sobre todo, la plaza debía ser simétrica y decorada armónicamente”



1 comentario:

  1. Qué bonita foto, hace soñar, recordar; el texto de Balenque muy actualizable por lo tanto se siente y por otro lado si Alberti viera lo que es Morelia hoy en día, se infartaría no sé o la mandaría tirar jaja: los portales llenos de mesas y sillas, las plazas como pasarelas de tables con luces rojas, las catedral enrejada y con unas pnatallitas de plasma los fines de semana....aún así he visto una ciudad bella.

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¿y?