lunes, 14 de septiembre de 2009

Torremolinos 73


Ahora me toca representar la mayor locura de los mortales,

la pasión amorosa, de la que el voto, el claustro y el pudor

natural me han librado hasta aquí.

Sor Teodora


Ve que su mujer se pierde en el fondo del pasillo de la mano de su jefe. Él corre. Trata de entrar al elevador pero la puerta se ha cerrado. Traspasa la puerta que da a las escaleras. Un escalón. Otro escalón. Llega al primer piso, gira a la izquierda y retoma el espiral de las escaleras. Inicia nuevamente su marcha desesperada hacia arriba. Por fin llega al piso y comienza a gritar el nombre de su mujer. Se abre la puerta de un cuarto. Entra y se repliega en la pared del fondo detrás del equipo de producción de una película. Van a firmar la última escena. La muerte vestida a lo Bergman del Séptimo Sello mantendrá una relación sexual con la protagonista- una cuarentona millonaria que ha venido a pasar unos días en el hotel donde se casó- para después llevarla con ella. Soy la muerte y he venido a llevarte a ti y a tu marido-esa es su línea.


El hombre que ha entrado en el cuarto donde se filma es el director y esposo de la actriz. Soy la muerte y he venido a llevarte a ti y a tu marido dice el hombre escandinavo de cabellera rubia vestido de negro, mientras el director ve como ese hombre que está representando un papel ha venido a matar a la ficción. Da un zoom a la cámara y enfoca el rostro de su mujer saltando sobre el sexo de la muerte. A través del lente ella es sólo una imagen captada por una cámara insensible. Bergman decía que el movimiento de la cámara tenía que captar el movimiento del alma, recuerda el director mientras los celos, la impotencia y todo aquello que las películas pornográficas que venía haciendo ocultaban se agolpan en su mirada humana que la cámara imita. La pornografía como metáfora de la infertilidad sexual. La pornografía como la mirada despojada de humanidad. Ensimismada en la pura técnica y el artificio. El cine que borra su proceso de producción para ganar la ilusión de representar el mundo. Él no podía tener hijos. Por necesidad los dos se había involucrado en la filmación de películas pornográficas. Estas películas fueron indoloras, divertidas, picantes para él, pero no humanas, hasta que tuvo que dejar de ver a su mujer a través del lente, como una actriz de película porno, hasta que ella obtuvo lo que quería y que él no podía darle: el deseo de tener hijos.

2 comentarios:

  1. Muy divertida,eso le pasa "porno trabajar" como una sabia dijo por ahí "matrimonio y mortaja del cielo bajan" jajajaj, tal vez una de la mano de la otra. No deseo ser pesimista, pero por lo menos metafórica a mí me parece que sí, muchas muertes hay en eso. Tienes razón Nemo, si a veces hicieras esos zoom cameras con toda la conciencia todas las cosas que se nos revelaría, peligroso.......

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  2. Ay, yo no la he visto y ya me dieron ganas de verla. ¡A volar los hombres egoistas que no toman en cuenta los sentimientos de su mujer! En mi poca experiencia estas peliculas parecen hechas por hombres que son así.Ah y tienen tache por no comentarme, jajaja, hasta pronto.

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¿y?